Relato: El corazón bombeante de nieve. Por Raquel Victoria

EL CORAZÓN BOMBEANTE DE NIEVE 25 de diciembre de 1880 La nieve lo cubre todo en mi derredor: cristaliza tras la ventana, cuelga del ramaje de los árboles como mil guirnaldas puntiagudas oscilando y debatiéndose entre dejarse caer o agarrarse a la humedad que las soporta; no hay sol, apenas el prodigio de una luz

Relato: Paisaje salmantino; contraste, fronterizo, tapiz erudito de vestigios. Por Raquel Victoria

PAISAJE SALMANTINO; CONTRASTE, FRONTERIZO, TAPIZ ERUDITO DE VESTIGIOS *Parada en la estación SIEGA VERDE, SALAMANCA (ESPAÑA) Remolcándome a inmemoriales amaneceres atrás, miles de miles que sucumbieron a los caprichosos designios del tiempo porvenir, les encuentro. Doy con su ancestral y mucho más que distante paradero tras atravesar aquellas noches limpias que les acogían; noches sin

Relato: El imprevisible sonido de los dados del destino. Por Raquel Victoria

EL IMPREVISIBLE SONIDO DE LOS DADOS DEL DESTINO La visión de Ainhoa Una suave bruma asoma por mi ventana. Es tan sutil que parece moverse acompasada por los acordes de esta brisa matutina; es como una ráfaga de aire que va condensándose al ritmo del imperceptible latido que moldea el despertar de la ciudad. A

Relato: Goya, la lúcida mirada entre las sombras. Por Raquel Victoria

GOYA, LA LÚCIDA MIRADA ENTRE LAS SOMBRAS Se cruzan nuestras miradas, impecables, transparentes, tan penetrantes e intimidatorias como si ya nos conociéramos; tan sugestivas como si hubiéramos nadado ambos en la superficie de un caudal idéntico, que irrigara tus ilustraciones bajo las capas de mi pensamiento, que supieras cuánto te íbamos a admirar tras una

Relato: La rasmia de Zaragoza; mujeres (y hombres) asfixiando al invasor. Por Raquel Victoria

LA RASMIA DE ZARAGOZA; MUJERES (Y HOMBRES) ASFIXIANDO AL INVASOR Esta noche se torna fría en demasía, el soplo del cierzo logra penetrar en cada rendija de la astillada ventana, y se muestra indómito y fiero, sin atisbo de indulgencia, compasión ni piedad. No me quejo, es tiempo de viento, de percibir en mis facciones

Relato: Por tierras de Levante: rojas como el fuego y en el pasillo del bosque mediterráneo. Por Raquel Victoria

POR TIERRAS DE LEVANTE: ROJAS COMO EL FUEGO Y EN EL PASILLO DEL BOSQUE MEDITERRÁNEO Mantengo tu silueta en mi pensamiento, quieta, remansada, agazapada como cuando te miro ya con la distancia impuesta, en lontananza, al observar tu insaciable densidad de frente; siempre te he admirado, tu temperamento tan abrupto, tan fiero a veces y

Relato: El itinerante revuelo del hada de los pantanos. Por Raquel Victoria

EL ITINERANTE REVUELO DEL HADA DE LOS PANTANOS Mis pies trocean cada gajo del sendero con decisión y firmeza. Los angostos caminos se tornan escurridizos y se ensanchan en pronunciadas pendientes, que forman espirales, agrietando la montaña; que planean sobre el suelo, estrellándose en la delineada pista celeste; que se desparraman bajo mi peso, agotando

Relato: El itinerante revuelo del hada de los pantanos. Por Raquel Victoria

EL ITINERANTE REVUELO DEL HADA DE LOS PANTANOS Mi reloj biológico se ensancha queriendo acoger a ese otro, distanciado pero paralelo, próximo a la vez que alejado, que acaeció hace tiempo, cuando las lumbres de la noche se disipaban en torno a los pueblos prerromanos. Y es que he querido detener mi agitada mirada, la

Relato: El itinerante revuelo del hada de los pantanos. Por Raquel Victoria

EL ITINERANTE REVUELO DEL HADA DE LOS PANTANOS Sigo mi ruta por tierras valencianas, adentrándome en los abismos insondables que guarda, celoso, el mar Mediterráneo. Desde el margen del litoral, le observo; sus aguas son lenguas retráctiles que lamen las rocas, escupen sacos de sal sobre la arena y se revuelven de nuevo, cabalgando con

Relato: El itinerante revuelo del hada de los pantanos. Por Raquel Victoria

EL ITINERANTE REVUELO DEL HADA DE LOS PANTANOS Veo cómo me observas; cómo eres capaz de hacerme sentirte en el lugar que llevas conquistando desde tanto que ni recuerdas y has llamado tuyo, cuidándolo para ti y para tu progenie que vendrá. Te has apartado un tramo, esquivando los peñascos, una habilidad de la que